
El origen de la Contabilidad podría situarse en sus primeras anotaciones escritas (RIVERO, 1995, págs. 17-20), aunque, dado lo rudimentario de las mismas hasta la invasión de los bárbaros –continúa el mencionado autor-, solamente las realizadas en Roma responden de una manera más precisa a tal consideración, si bien no como auténtica ciencia sino, estrictamente como una técnica.
Sin embargo, la invasión de los pueblos del norte y la consiguiente caída del Imperio Romano supuso, junto con la aparición de la Edad Media, el comienzo de un período amplio en siglos -ocho o nueve-, pero escaso en cultura mercantilista. Esto es, el comercio primario fomentado en Roma no tuvo su continuación en los reinos que sucedieron al Imperio (TUA PEREDA, 1991).

Pues bien, el Renacimiento supuso también, no como algo aislado sino como fruto de que en cada período histórico las necesidades y los objetos económicos nuevos contribuyen al desarrollo de una estructura de las técnicas contables, la formulación de la Partida Doble. Aun cuando con antelación, y desde época incierta, se venía aplicando en la práctica comercial y bancaria, Fray Lucca Paccioli, formuló una doctrina de la misma, en el Tractatus XI de la Distinctio nona, titulado “Particularis de Computis et Scripturis” del libro “Summa de Aritmética, Geometría, Proportioni e Proportionalitá”, publicado en 1496.
La Partida Doble encontró “en el medio renacentista y en el auge del comercio que acompañó a este período histórico un caldo de cultivo idóneo para su difusión por el mundo entonces conocido y en consecuencia, para su definitiva consolidación como un método de representación de la actividad económica para los comerciantes...de modo que puede afirmarse que durante el siglo XVI la Partida Doble estaba ya implantada con generalidad en los medios mercantiles europeos, con las características esenciales con que hoy en día se la conoce, es decir, con los mecanismos necesarios que contemplan cuentas de bienes, junto con las de personas y dinero y que permiten calcular un excedente, por contraposición de cuentas de ingresos y gastos y determinar una situación patrimonial, a través de los saldos de las cuentas de mayor” (TUA PEREDA, 1991).

La Partida Doble se configura en el núcleo de referencia en la evolución contable, desde su aparición hasta el mismo siglo XX. Evidentemente se somete a una evolución constante, fruto de los condicionamientos del entorno que previamente hemos explicitado en líneas muy generales. Así, Cañizares Zurdo, tal y como señalan CARRASCO Y GONZÁLEZ (1996), al objeto de explicar el significado de las innovaciones de mayor relieve en este período, destaca: “´El establecimiento de una razonada clasificación de cuentas y la distinción entre empresa y patrimonio´, debida a De la Porte; ´La idea del libro Diario-Mayor y la fijación de sólo cinco cuentas para llevar la Contabilidad´, de Degranges (padre); ´La distinción entre la Contabilidad –como Ciencia de las Cuentas- y la Teneduría de Libros –como arte que da razón de todas las operaciones-´. de Quiney;...”.

Cabe destacar en esta época histórica (Edad Moderna), que en el año 1633, Ludorico Flori, jesuita, escribe para beneficio de las residencias de su orden. A partir del 1929, cuando la actividad comercial del país va obteniendo una notable mejoría, la contabilidad va adquiriendo mayor importancia y se hace prácticamente imprescindible en los establecimientos comerciales más destacados de la época.La escuela superior de Peritos Contadores, a pesar de que su momento histórico ha pasado, en virtud de que ya no ocupa la primacía como institución de mayor jerarquía en la enseñanza de la contabilidad, debido a que ha sido relegada a las Universidades, todavía esa gloriosa meritoria institución mantiene sus puertas abiertas a los estudiantes de hoy día.Otros acontecimientos de vital importancia para la rápida proyección y prestigio alcanzado por la contabilidad, en cuanto se refiere a su incidencia en la vida económica de nuestro país, incluidos o previstos en la Ley No. 633 de fecha 16 de junio de 1944, lo constituye la creación de las bases legales que iban a servir de soporte a la institución que más tarde surgió con el nombre que se ha previsto: "Instituto de Contadores Públicos Autorizados de la República Dominicana". Además, las formalidades que habían de observarse para el ejercicio de la contabilidad como profesión liberal en la República Dominicana.
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